domingo, 28 de junio de 2015

¿Quien no necesita volar?



                                            ¿Quien no necesita volar?
Y con volar me refiero a esa sensación de libertad que al hacer ciertas cosas solo podemos sentir. En mi caso la mayor sacudida de libertad la sentí mientras corría.
 Soy una persona que tiene mucho miedo, supongo que el dolor y el sufrimiento traen eso, miedo.
Soy una optimista de esta vida, llámenme inocente o como ustedes quieran, siempre creo (o espero) lo mejor. En fin volviendo al miedo les voy a contar como supere uno de ellos.
Me propuse que quería correr pero esto no viene de la nada.
Hubo un día que desperté de un sueño en el que corría sin parar muy rápido, como dejando algo atrás. Me sentía tan bien, tan libre, que mientras lo hacia sonreía. Iba por una ruta, era el atardecer y el cielo estaba naranja se escuchaban mis pasos sobre el asfalto. Desperté del sueño y recordé como era correr en la escuela y rápidamente a mi mente vino que era buena corredora, tenia muy buena resistencia pero no era rápida (contrario a lo que había soñado) y apareció un deseo de ir a marchar. Pero mi mente se vio invadida de dudas y voces en mi cabeza.
-no vas a poder-
-se van a reír de vos-
-¿y si te roban? o ¿matan? o ¿violan?-
Y así Se fueron todas mis ganas. En un suspiro me di por vencida. Esa semana fui y me compre un calzado adecuado.
Recuerdo que una tardecita había merendado con mi hija y habíamos comido muchas galletitas dulces. Luego pensé que si seguía comiendo así engordaría más de lo que estaba engordando. Mire a mi marido y le dije: me voy a correr. Lo dije con tanta convicción que solo me miro y me dijo bueno.
Agarre mi teléfono, unos auriculares y salí a una ruta cercana de mi hogar que tiene senda para correr. Estire los músculos y empecé.
Fue inexplicable lo que sentí, fue como si mi alma hubiera salido de mi y se hubiera puesto a bailar. ¿Nunca sintieron eso? me sentí tan libre .fue como si me hubiera encontrado conmigo misma, me hubiera visto a los ojos y me hubiera sonreído. Eso sentí. Estaba haciendo algo por mí, algo que amaba y lo había descubierto en ese momento.
Mi humor había cambiado, esta contenta, sonreía. Me sentía bien. Estaba aprendiendo a amarme.
Venia arrastrando una depresión desde años anteriores. En el momento que empecé a correr pasaba por una crisis personal que no viene al caso contar. Salir a correr me ayudo, no digo que es el ANTIDOTO. Por favor no me malinterpreten. Les cuento lo que a mi me sirvió en ese momento determinado de mi vida. No les digo que salgan a correr por la vida, aunque ¿por que no? ¿No? solo les digo que cambien la palabra correr y pongan en este texto lo que ustedes crean o sientan que los hace libres. Que los hace volar. Que los apasiona. 
Sepan como puse en la carta de bienvenida que solo comparto mi experiencia de vida. Solo eso.
Saludos

Chichita

2 comentarios:

  1. Me encanto Dany!! Y me sentí muy identificada con tus palabras. Besos!!

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  2. gracias dai!! me alegro mucho de verdad! gracias besos!

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